“Fotografías y textos: Archivo A. C. “La Diezma”
Uno de los principales objetivos de la Asociación Cultural “La Diezma” es salvaguardar los usos y costumbres de nuestros antepasados e intentar conservar, recuperar, difundir y poner en valor nuestro patrimonio cultural. Es por ello por lo que dándonos cuenta de la importancia y singularidad que podían tener en nuestro municipio, y aún en la Comarca de Tarazona y el Moncayo, el amplio conjunto de construcciones cónicas que salpican nuestros campos y monte de la Diezma o Ciesma, nos propusimos realizar las acciones que nos llevase a su mejor conocimiento, evaluar su estado y llegar a conocer su historia u origen, para en su caso iniciar un proyecto de protección, consolidación y recuperación.
En una primera fase se localizan y fotografían las casillas, sorprendiéndonos a nosotros mismos el elevado número hallado. Con este material realizamos en San Jorge del año 2000 una exposición de fotografías y planos para intentar mostrar y acercar esta realidad a los habitantes de Grisel. El deseo de llevar a cabo un trabajo más serio y riguroso tal vez excedía a nuestra capacidad, por lo que después de muchos contactos, consultas y búsqueda hallamos en Felix A. Rivas, perteneciente al Instituto Aragonés de Antropología, licenciado en Historia del Arte y Técnico en Patrimonio, la persona idónea para ayudarnos en la realización “académica” del trabajo. Después de dos largos años de trabajos de campo, entrevistas, consultas de archivos y bibliotecas, investigación y redacción dimos por finalizado un extenso, pormenorizado y, creemos, atractivo estudio que no sólo abarca las casillas sino que analiza también el devenir histórico, paisajístico, ganadero y agrícola del monte de la Ciesma o Diezma y el pueblo de Grisel. Fragmentos, en fin, de nuestra historia.
El trabajo completo está editado electrónicamente por el Servicio de Patrimonio Etnológico, Lingüístico y Musical de la Diputación General de Aragón: http://www.aragob.es/
Y en el libro publicado conjuntamente por nuestra Asociación, el Ayuntamiento de Grisel y el Centro de Estudios Turiasonenses de la Institución Fernando el Católico.
El monte de la Ciesma fue hace siglos un bosque que la acción del hombre ha ido deforestando, pasando a convertirse en una importante zona de pastos para los ganados de la comarca por su clima y cercanía al Moncayo. Hacia el final del siglo XIX la plaga de la filoxera acabó con casi toda la viña en Francia, por lo cual el vino español era comprado a un precio muy alto. Esta circunstancia llevó a roturar y poner en cultivo muchas zonas del territorio para plantar vid, entre las que se incluyó el monte de la Ciesma.
Las especiales características geológicas del suelo hicieron enormemente difícil y duro trabajar estas laderas, aflorando ingentes cantidades de piedras que fueron utilizadas para hacer los orillos o ribazos que sujetaran la tierra en los bancales y para construir nuestras preciosas casillas de pico.
Son unas edificaciones de planta circular, un solo vano de entrada y una forma característica convexa o puntiaguda construidas en piedra seca; técnica consistente en levantar muros a base de piezas de piedra o mampuestos sin colocar ningún tipo de argamasa o mortero entre ellos. Las medidas del diámetro de la planta presentan un intervalo entre 2 y 3,6 m. y la altura interior unos valores entre 3 y 3,5 m. con dos clarísimas excepciones: la más pequeña con sólo 1,5 m. de altura y la más grande que mide unos extraordinarios 6,3 m.
La cubierta de las casillas de pico de Grisel tiene todas las características de una verdadera cúpula, siendo una de las soluciones técnicas más acusadas que la diferencian de otras construcciones similares abundantes en toda el área mediterránea levantadas siguiendo el proceso de falsa cúpula por aproximación de hiladas.
La diferencia entre estas dos técnicas reside en que mientras en la falsa cúpula el ligero vuelo al interior del extremo de cada una de las piezas que forman las hiladas se contrapesa en la parte no saliente de las piezas, en las casillas de Grisel una correcta colocación de cada piedra ligeramente inclinada hacia el interior (y no hacia el exterior como en la falsa cúpula) permite que todas las piedras descansen unas sobre otras ejerciendo el mismo empuje en todas las direcciones. Cerrando esta cúpula aparece en casi todos los casos una piedra en forma de punta dirigida hacia el suelo. Sería la auténtica piedra clave, talón o clavo que da rigidez a toda la estructura.
Las 27 casillas halladas podemos agruparlas en tres tipologías: las propiamente llamadas casillas de pico que son las más abundantes, las casillas-cueva que carecen de cubierta por estar totalmente excavadas y las casillas anexas a un corral o barrera, de clara función pastoril. Estas casillas han servido durante más de un siglo de apoyo en las labores agrícolas a los labradores, guareciéndolos del frío durante el invierno, dándoles sombra en los tórridos veranos, refugio ante una imprevista tormenta, abrigo donde comer y descansar… A partir de los años 1960 el casi total abandono del cultivo de la tierra lleva aparejado que no se realice un mínimo mantenimiento de las casillas, derrumbándose varias de ellas y estando en serio peligro de hacerlo otras más.
Desde la Asociación Cultural “La Diezma” se ha impulsado la consolidación y recuperación del máximo número posible de casillas.
En 2013 el Ayuntamiento de Grisel restauró la primera de ellas, y en 2014 están previstas dos más.
Arquitectura sencilla y popular, pequeña y callada manifestación del pueblo con el valor del trabajo esforzado, lento, bien hecho y perdurable. Conservando y transmitiendo a las generaciones venideras este patrimonio etnológico, cultura en fin, hacemos un homenaje a las gentes que habitaron estas casas y estas calles en un tiempo más lleno de dificultades y penurias que el actual. Un pueblo que conoce y ama su pasado ve con más esperanza su futuro.